Sierra de Andujar: Palpitante

Ayer día 29 de enero nos fuimos a ver bichos a la Sierra de Andújar (Raimundo de Almería, Quirri, Gonzalo Lage y mua). Por la mañana, y todo hay que decirlo, no sólo lo bueno, estaba con niebla por las nubes altas de la zona y no vimos nada, bueno vimos curruca rabilarga, 1 jabalí, pito real y poco más. En efecto, nos fuimos a otro sitio más bajo y allí cambió la cosa totalmente. Vimos los mitos, luganos, picogordo, pico picapinos, pito real, abubilla, cormoranes, patos reales, escuchamos los camachuelos comunes. Pero no habia rapaces ya que al estar nublado no hay corrientes térmicas y, por tanto, su vuelo se hace dicícil. Sin embargo, el día se tornó palpitante, alucinante, increible porque primero vi un macho de lince a 1 km de distancia que no logre que vieran mis compañeros de aventura porque estaba lejos y se movia. Bueno que le vamos a hacer. Esto fue a las 14:10 horas. A las 17:15 horas aparecen por el río un adulto y una cria del año anterior de nutria juntas, pero a los 5 segundos otro adulto con otra cría, que seguramente eran distintas porque no le dio tiempo a volverse y ademas el rio llevaba una corriente increible. Bueno pues a los pocos minutos localizamos a un lince joven sentado y a los pocos segundos aparecio otro, probablemente una hembra adulta, los dos individuos que vimos hace dos semanas en el mismo sitio. Los dos estuvieron tumbados uno junto al otro. Uno de ellos lo vimos atravesar la alambada, dos veces, primero la cabeza, despues una mano, luego la otra, despues el cuerpo, acontinuación una pata y luego la otra, parece sencillo pero nos gusto verlo porque siempre nos habiamos preguntado ¿y cómo pasan los linces los cientos de alambradas?, esto lo hemos vismo en los gatos domesticos, pero no en el lince. Claro está que son vallas cinegéticas. Estos dos individuos a la media hora se separaron, pero antes uno de ellos pego una carrera y se subio a un chaparro, fue algo alucinante. Ozu, pero he enrollado con los mamiferos en aves bueno que mas da, bueno eso creo, espero que el gran jefe, Jorge, no me regañe mucho.
Ahora me siento todavia mejor que antes, al poder contar estas experiencias que tanto me llenan, con pesonas que le gusta lo mismo que a uno, y que me motivan tanto cada día para salir al campo y hacer cosas por la BIODIVERSIDAD, tan necesaria para la vida misma.
Hasta pronto, Antonio Miguel Pérez.