Campiña oriental de Sevilla (pinzón real, rapaces, etc)

Rafa Romero Porrino Sáb Ene 17, 2009 2:19 pm

Buenas,
Ayer pasé el día por el oriente de la provincia de Sevilla (La Vega del Guadalquivir, pie de Sierra Morena y Campiña de Écija), donde hice algunas observaciones interesantes. A primera hora del día vi 3 pinzones reales en un cultivo de frutales de regadio de La Campana, los cuales se movían con un nutrido grupo de aves (pardillos, jilgueros, pinzones vulgares, cogujadas, verderones, lavanderas blancas, gorriones morunos y verdecillos). Cerca de allí también elanios, alcaravanes, abubilla, chorlitos dorados por doquier, milanos reales, etc.

En las estribaciones de Sierra Morena observé un águila perdicera adulta, posada en una torreta eléctrica contemplando sus quebrados dominios; me llamó la atención lo clarita que tenía la cabeza, cuello, nuca y parte superior de la espalda (casi tipo culebrera).

El las lagunas de Écija-Lantejuela vi 9 grullas (en Calderón), elanios, aguiluchos pálidos, avefrías, chorlito dorado, ratoneros, mucho cuervo, etc.
Por cierto, a lo largo de la jornada vi muchos elanios (un total de 9), una rapaz que por aquí está aumentando sus números considerablemente, y también bastantes milanos reales.

La última parte de la tarde la pasé, hasta que se hizo de noche, en la antigua laguna de Ruiz Sánchez, desecada pero con mucho pájaro. Viví momentos espectaulares, como un águila real joven que cazó una liebre y se la comío en el suelo delante de mi, acosada por hasta 17 cuervos; algunos de ellos le enganchaban con el pico las plumas de la cola y tiraban para distraerla e intentar -sin éxito- robarle parte del botín; más tarde llegó un milano real que hizo varios picados al águila y a los cuervos, y que consiguió llevarse un trocito de carne bajo la mirada de varios laguneros. Finalmente el águila, con el pico manchado de sangre, voló y se posó en un eucalipto.
Al atardecer comenzaron a entrar aguiluchos pálidos al dormidero, al menos 7 exs. aunque probablemente eran más. Un grupo de 8 sisones cayó volando al lecho del antiguo humedal, haciéndose invisibles entre la vegetación. Una perdicera (esta vez un juvenil) hizo acto de presencia llegando y posándose en un montón de tierra, donde fue acosada insistentemente por las pasadas que le propinaban 3 aguiluchos pálidos. Un elanio se cernía con el fondo de un trigal verde, mientras sonaba la banda sonora del oscurecer: decenas de alcaravanes, algunos mochuelos y varias perdices emitían sus cantos al pardear el día.
Finalmente, una lechuza campestre me salió en el carril ya de noche, donde la vi a placer durante unos quince minutos bajo la luz de los faros del coche.

En fin, una gran tarde vivida en la tranquilidad y soledad que los campos de la campiña regalan entre semana.

Saludos,
Rafa Romero.-

Lun	Mar	Miér	Jue	Vie	Sáb	Dom
1	2	3	4	5	6	7
8	9	10	11	12	13	14
15	16	17	18	19	20	21
22	23	24	25	26	27	28
29	30